Eva, creo que has dado en una diana muy importante. Muchas veces los adultos estamos pendientes de si nuestro hijo, nieto, sobrino… presenta celos de su hermano recien nacido, y actuamos ante las conductas que lo puedan indicar, a veces de manera más acertada y otras veces menos. Pero no podemos olvidar que los celos son una emoción, y como tal, normal y adaptativa, nos está avisando de algo, excepto si se descompensa en intensidad, duración y/o frecuencia.
Decía que has dado en una diana muy importante en mi opinión, y es la de que los celos no son algo exclusivo de los niños hacia sus hermanos pequeños ni de las parejas entre si, que de alguna manera son los celos que más acostumbrados estamos a ver y analizar. También, sin salirnos del entorno familiar, se dan celos del hermano pequeño hacia el mayor porque puede hacer cosas que él aún no puede, del padre/madre hacia sus hijos por la atención que reciben, de los niños hacia la nueva pareja de sus progenitores, de la nueva pareja de los progenitores hacia los hijos de estos… La manera en la que los gestionemos va a ser el modelo en el que se van a fijar para actuar los más pequeños de la casa.
Gracias Cris por iniciar este debate y hacernos reflexionar sobre ello.