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    • BEATRIZ VICENTE ENCINAS
      Participante
      Número de entradas: 28

      Actualmente vivimos en una sociedad en la se valora y se promueven las emociones consideradas positivas. Parece que hemos de huir de todo aquello que nos hace sentir mal y que debemos sentirnos felices todo el tiempo. Es la «dictadura de la felicidad». ¿Pensáis que esto puede estar influyendo en el creciente consumo de sustancias adictivas?

      Loida Rueda

       

    • Anónimo
      Inactivo
      Número de entradas: 15

      Qué relación más curiosa, Loida,: «felicidad» y drogas. Lo cierto es que nunca me lo había planteado pero no me cabe duda de que así sea.

      Diría que muchas personas utilizan las sustancias químicas (llegando incluso a la adicción y dependencia) para experimentar «estados agradables»; por otro lado, suele ocurrir (y sobre todo cuando hay historia de consumo) que tal uso de las drogas se hace para rebajar o eliminar sensaciones desagradables, ¿no os parece?

      Y añado otra pregunta… ¿qué pasa con las adicciones conductuales?, ¿sería igual?

    • BEATRIZ VICENTE ENCINAS
      Participante
      Número de entradas: 28

      ¡Hola! Sí, yo también creo que es algo que está influyendo en el consumo. Al final, como sabemos, a nivel biológico habría un circuito de actuación común a todas las drogas ya sean químicas o conductuales, el famoso “circuito de la recompensa o del placer” incrementando la probabilidad de repetir esa conducta para obtener refuerzo. Por lo tanto, es fácil y barato en tiempo usar una droga para conseguir placer, el problema está en tener esto como único recurso. Es decir, y en la línea del comentario de Marta, son dos caras de una misma moneda: hay gente que consume porque busca estados agradables, nuevas sensaciones y/o efectos “positivos”, como por ejemplo quien busca la desinhibición al tomar alcohol. Mientras que por otro lado, el consumo puede tener función de evitar un malestar, que siguiendo lo que comentaba Loida de la “dictadura de la felicidad” tiene sentido, porque parece que en la cultura del siglo XXI hay que ser y estar feliz por imperativo, como si se nos negara el derecho a estar tristes.

    • CAROLINA SOBA MOLERO
      Participante
      Número de entradas: 6

      ¡Me encanta este debate! Me parece muy interesante. Yo me pregunto también si influye la inmediatez con la que en esta sociedad se consiguen las cosas. Estamos educando a una generación que puede resolver «a golpe e click» cualquier pregunta en la red, en escasos segundos. Creo que esta situación no ayuda al aprendizaje necesario de tolerancia a la incertidumbre y al malestar.

    • BEATRIZ VICENTE ENCINAS
      Participante
      Número de entradas: 28

      Vaya aportaciones más intenresantes chicas!
      Estoy de acuerdo en todo lo que proponéis, el efecto «sociedad de la felicidad» hace que por un lado queramos estar contentos a toda costa y deshacernos de los estados desagradables rápidamente, cuanto más rápido mejor de hecho, aunque para ello haya que recurrir a métodos artificiales.
      En mi opinión hay otro factor más que se une a ellos, y es que cada vez queremos obtener las recompensas con menos esfuerzo, ¿qué pensáis? ¿puede estar influyendo esta cultura del «sin esfuerzo» en las adicciones?

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