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    • BEATRIZ VICENTE ENCINAS
      Participante
      Número de entradas: 28

      Cuando trabajamos con niños, gran parte de nuestra labor viene marcada por la intervención con los mediadores que rodean al niño, pero ¿qué pasa cuando trabajamos con los adultos? ¿es ético dar pautas a la pareja de un paciente obsesivo? ¿se debe trabajar con la madre de una paciente con trastorno de alimentación? ¿dónde se establece el límite?

      Beatriz Vicente

       

    • Anónimo
      Inactivo
      Número de entradas: 15

      ¡Qué interesante tema, Bea!

      Es cierto que con menores y jóvenes se da por hecho que la intervención se hace también con los mediadores (y creo que debe ser así).

      Sin embargo, en muchas ocasiones con los adultos es necesaria también la participación de aquellos que los rodean (familiares, pareja). Se me ocurre el apoyo que alguna persona cercana podría ofrecer a otra que tenga ataques de pánico y agorafobia 😉

      ¡Sigamos reflexionando!

    • BEATRIZ VICENTE ENCINAS
      Participante
      Número de entradas: 28

      ¡Hola a todxs!
      Como dice Marta, se da por hecho que con niños y adolescentes es necesario contar con la colaboración de mediadores, pero en adultos es también necesario. Incluso si nos paramos a pensar, muchas veces el paciente llega a terapia gracias a esos mediadores o gente de su entorno preocupada.

      Los mediadores pueden ser excelentes “coterapeutas” con la ayuda que pueden prestar a una persona, por ejemplo, a exponerse a situaciones que le generan malestar y ya no solo eso, si no que al final dar pautas a familiares, amigos y/o pareja se convierte en algo fundamental porque hay muchas veces en las que, con la mejor intención de ayudar a la persona, pueden estar reforzando ciertas conductas que a la persona no le beneficien.

      Saludos!

    • BEATRIZ VICENTE ENCINAS
      Participante
      Número de entradas: 28

      ¡Qué interesantes aportaciones Marta y Mireya!
      Estoy de acuerdo con vosotras, dado que la conducta se explica como la interacción de la persona con su ambiente, y que siempre está sujeta a las leyes de aprendizaje, se hace también necesario trabajar con los mediadores del entorno del paciente adulto.
      Sin embargo, al contrario de lo que ocurre en el caso de los niños, con los adultos es infrecuente que vengan acompañados a la consulta. ¿Por qué creéis que pasa esto? ¿Consideraríais importante que se cambiara? ¿Cómo podríamos conseguirlo?

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