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AnónimoInactivo9 de enero de 2017 a las 8:29 amNúmero de entradas: 9
Cada vez encontramos en consulta más pacientes adolescentes con fracaso académico y problemas sociales, que no saben decirnos con qué hobbies disfrutan más allá del WhatsApp o las redes sociales. Tratamos de rebajar su ansiedad, entrenarlos en motivación, fomentar la solución de problemas, así que acabamos por buscar conjuntamente actividades agradables que puedan atraerles, generarles interés por explorar nuevos mundos y crear diferentes alternativas al “no sé lo que me gusta”, pero hay veces que parece que todo es en vano. Les hablamos de mandalas, de origamis y sudokus, y ellos nos preguntan si estamos hablando de grupos de reggaetón.
¿Cómo podemos hacer frente a refuerzos tan potentes como son la atención inmediata del “doble click” o el “me gusta” de una foto recién colgada? ¿Se trata de un error buscar otros “oficios” diferentes al mundo cibernético? -
Hola! La verdad que lo que planteas es un reto a la hora de encontrar actividades gratificantes que no sea estar con el ordenador, movil, tablet… pero igualmente creo que la mayoría van a actividades extraescolares (aunque muchos estarán más relacionados con las actividades académicas) y nos puede dar una información de lo que le gusta o no.
También se puede preguntar que hacían cuando eran más pequeños o que les gustaba, ya que muchas actividades se dejan por exigencias académicas. Por otro lado, siempre se puede intentar decir actividades y que vayan diciendo que les ha gustado o no para ir teniendo una pequeña idea.Creo que no sería un error el buscar otros «oficios» fuera del mundo cibernético ya que el recibir muchos me gustas en una foto al final puede ser que poco a poco se habitúen a ello ya que si siempre son las mismas personas las que le dan a me gusta, esto puede hacer que la persona al saber quien dará a me gusta pierda ese refuerzo que tenia al principio (aunque no todo). Mientras que otras actividades tiene un refuerzo distinto, la dificultad es encontrar esas actividades y que los padres estén de acuerdo ya que hay veces que por motivos económicos o porque ven más importante que vaya a inglés o a refuerzo de otras asignaturas.
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¡Hola! Creo que es un tema de gran actualidad y que cada vez cobra más importancia.
Una forma de hacer frente a refuerzos tan potentes como Whatsapp, Instagram o Snapchat es, en primer lugar, conocer todos estos avances tecnológicos que están suponiendo un cambio social. Esto significa que, en muchas ocasiones va a ser necesario hablar de reggaetón y youtubers, conocer cuáles son los intereses del chico/a en cuestión e intentar irnos a “su mundo”, más allá de juzgar, intentar ver de qué forma se pueden utilizar estos avances de forma beneficiosa. Y por supuesto, siempre se van a poder buscar otras fuentes de reforzadores: cosas que hacían y que ya no hacen y/o cosas que les gustaría hacer, tienen la oportunidad de descubrir y explorar delante de ellos.Mireya Martín Manzano
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Estoy de acuerdo con las chicas en que es un tema muy interesante y aplicable 😉
Por un lado yo creo que es interesante tener en cuenta que el medio de nuestros adolescentes hoy es el medio digital, y que socializan y tienen mucho ocio a través de él. Lo importante es lograr un equilibrio, que el medio digital no se convierta en exclusivo no implica prohibirlo ni tratar de eliminarlo. Transmitírselo así a nuestros adolescentes me parece importante.
Por otro lado, yo creo que tenemos que acercarnos también a este ámbito teniendo en cuenta que las TIC al final son también un medio para acercarnos a información. Por ejemplo, un adolescente se pasa el tiempo viendo videos de youtube, pero ¿qué tipos de videos ve? ¿sobre coches? ¿sobre cómo maquillarse mejor? ¿videos de gente haciendo deporte? ¿monólogos?… El contenido de ello en muchas ocasiones nos puede dar un índicio de cuáles son los intereses de la persona. Y teniendo esa información podemos buscar acercarnos a esos intereses sin utilizar una pantalla para ello.
Otro recurso para la exploración que yo utilizo bastante es el menú de actividades reforzantes que plantea Francisco Xavier Mendez en su libro «El niño que no sonríe». ¿Lo conocéis?
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