El arte de convertir los propósitos en objetivos

El pasar de una etapa a otra en la vida (“año nuevo vida nueva”), siempre nos incita a pensar en propósitos, el cambio nos estimula para querer mejorar y cambiar.

Por ejemplo: Curso nuevo, casa nueva, pareja nueva, trabajo nuevo, etc.

Pero sobre todo: AÑO NUEVO.

Solemos empezar el año nuevo con un “brindis al sol”: una lista de propósitos, la mayoría de las veces repetidos, nos copiamos a nosotros mismos con gran impunidad y alegría.

Se oyen los propósitos mas variados y para gusto de los más exigentes: “Quiero dejar de fumar, este año voy a ahorrar, voy a leer más, quiero ser más ordenada /ordenado, haré limpieza en mis apuntes, quiero hacer amigos, etc., etc., etc.”.

La diferencia entre un propósito y un objetivo es fácil de entender

  • Propósito es casi un sinónimo de deseo, de ilusión (no por el significado sino por la experiencia que tenemos de no cumplimiento), un propósito suele ser un anhelo nunca alcanzado (si no logramos convertirlo en objetivo). Es un concepto global, mejor dicho, un globo que al primer contratiempo: explota. Globo lleno de gas que se esfuma; los globos suelen ser de colores atractivos y muy suaves, redondos, grandes y pequeños pero…VUELAN y al rato se rompen.

Lo ilusorio es que los globos suelen ir en racimo, un racimo bello que hasta nos puede hacer levitar… y rompernos la crisma si nos caemos.

  • Objetivo es sinónimo de plan para el acierto, de diana, de logro. De acción coordinada; y para que la flecha haga diana:
  • Primero tiene que estar muy bien dibujada. En el centro del tablero, con tinta negra. Que se vea bien.
  • Hay que tener en cuenta la postura del arquero y la dirección y fuerza del viento.
  • Hay que entrenar mucho y siempre.
  • Se debe cuidar el arco y las flechas.

Para el año 2017 podemos ir a la feria con un racimo de globos ¡cómo no!, pero en la mochila no se nos pueden olvidar el arco y las flechas.

Los globos nos ayudan a soñar, pero si queremos ganar el premio debemos:

  1. Definir el objetivo en comportamientos concretos.
  2. Establecer un modo de medir los pasos que debemos dar.
  3. Corregir la trayectoria dependiendo de las circunstancias.
  4. Practicar todos los días.
  5. Llevar un diario de aciertos cada mes.
  6. Tirar la flecha con determinación sin pereza y sin flojera.
  7. Después de una flecha sacar otra y otra.

A veces hace falta la ayuda de un entrenador. Y paciencia.

Con estas sencillas pautas hay muchas probabilidades de ganar. ya que nos enfrentamos a una diana, no a una ruleta. Los componentes del ejercicio están definidos:

La meta clara

El plan diseñado

El entrenamiento

La voluntad y la persistencia

Con todo ello, podemos empezar el año bastante bien, sin perdernos en La Feria de las Vanidades (que no de las Navidades).

¡Feliz año 2017!

“No hacemos las cosas porque son difíciles; son difíciles porque no nos atrevemos”. Séneca.

Lucila Andrés Díez

 

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