Hola a todos! La adolescencia la GRAN etapa del cambio. Supongo que la resistencia de los adolescentes a la terapia sea común sobre todo si no vienen de manera voluntaria y sean los padres o profesores los que hayan tomado la decisión. En estos casos, tal y como ya se ha comentado, la relación terapéutica es muy importante para conseguir que el sujeto al menos te pueda expresar que es lo que siente o piensa (que algunos casos sólo eso será un logro terapéutico).
Se podría interpretar en afirmaciones como “tener estos pensamiento me gusta, forma parte de mi” cierta fusión entre pensamientos/sentimientos/personalidad. Ya que la adolescencia es una etapa de búsqueda de identidad se podría aprovechar para que el propio adolescente reflexione sobre “qué” y “qué no” forma parte de él, y analizar la diferencia entre lo que está en la mente, lo que sentimos y lo que hacemos.
Otro punto que podríamos tener en cuenta es aceptar las emociones que está experimentando el sujeto ya que no sabemos si son o no adaptativas. No creo que sea malo que un adolescente se sienta triste o contento o enfadado, el problema vendría si afecta a su vida y a su relación con los demás. Por lo tanto no es necesario castigar su resistencia al cambio (que probablemente ya se lo habrán repetido sus padres en numerosas ocasiones y de diferentes modos), sino aceptar que está cambiando y acompañarles en ese proceso. Utilizar la terapia como una guía para que el sujeto experimente en un entorno seguro hacia donde se quiere dirigir, y autoexplorarse.
Toda esta reflexión la estoy haciendo dando por hecho que el sujeto no se está poniendo en riesgo. Si ese fuera el caso habría que delimitar y explorar exhaustivamente las conductas lesivas que está llevando a cabo y poco a poco modelar y extinguir las mismas, ya que la propia integridad del sujeto está por encima de otros objetivos que pueda haber en terapia.
Como resumen (que ya me he enrollado suficiente) diría que para mí lo más importante en estos casos es la confianza y la buena relación terapéutica, si el paciente no quiere realizar un cambio sobre sus pensamientos o sentimientos le preguntaría qué es lo que quiere cambiar él y empezaría a trabajar por ese punto. Más adelante me parece provechoso que haga un ejercicio de introspección acerca de cómo es, con el fin de conocerse mejor y mejorar su capacidad de análisis y metacognición.
Bueno, espero no haber metido mucho la pata!
Un abrazo